Cómo Rogers y Ronald McDonald House Charities® se unen para ayudar a las familias

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Pudimos quedarnos en Ronald McDonald House en Milwaukee. Buscar un hotel para alojarnos era financieramente imposible para nosotros. Así que cuando llegamos, fue como tener una casa lejos de nuestra casa. Podíamos venir de visita muchas veces durante cada tratamiento, y todas las veces nos quedábamos en Ronald McDonald House y fue maravilloso.

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Y para nuestros hijos, esto normalizó el proceso porque tenían un lugar para ser una familia. Era la comunidad. Podíamos salir y buscar una taza de café. Podíamos preparar comidas en la cocina. Podíamos estar juntos como una familia en vez de estar encerrados en un cuarto de hotel. Y teníamos un lugar para llevar a Carter también. Podíamos volver y pasar tiempo allí. Así que en verdad para nosotros fue un hogar fuera de nuestro hogar. Sí.

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Cuando estuve allí, mi familia podía venir a visitarme, que es algo de lo que estoy muy agradecido. Mi familia, mi mamá y mi hermana, que vinieron a visitarme al tercer mes, marcaron un punto de inflexión en mi recuperación. Eso no hubiera sido posible sin Ronald McDonald House. Fue fantástico. Es un gran lugar. Son tan [inaudible]. Son tan amables y serviciales, que todos comprendían que todos pasaban por cosas diferentes. Es un buen lugar.

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Y cada vez que voy a un McDonalds, siempre le pregunto a los empleados, "¿alguna vez has conocido a alguien que se haya quedado en Ronald McDonald House?" Siempre dicen, "no". Y les digo, "ahora sí". Y dejo mi cambio en el tarro de propinas, que ahora es nuestra tradición.