Encontrar ayuda para la ansiedad y el trastorno alimenticio: la historia de Zach

S1 00:04

Tuve ansiedad grave desde que tenía... Probablemente desde que tengo memoria. No podía hacer muchas de las cosas que hacían otros niños. Salían a dormir en casas de otros niños y siempre decía: "¿por qué yo no puedo hacer eso?" Y era algo inexplicable, porque venía en forma de dolor de estómago o dolor de cabeza o simplemente me sentía muy mal. Hasta que finalmente me diagnosticaron ansiedad en secundaria. Siempre he visto las enfermedades mentales como la metáfora que todos esperan. Como la gente de California. Siempre están esperando el gran terremoto. Siempre hablan sobre el gran terremoto. Y eso más menos era lo que yo estaba haciendo. Solo estaba esperando el gran terremoto en algún punto de mi vida. Hasta que una vez, tuve ese gran terremoto, el último día de mi primer año de universidad, y tuve un golpe de calor. Y eso cambió un montón de cosas aquí arriba. Así que, para mí, ese fue el gran terremoto. Pero lo que de verdad deterioró mi salud fue la sensación de esperar día tras día que ese gran terremoto volviera a ocurrir. Con todo lo que pasó, mi cerebro lentamente me empezó a crear reglas. Me creó una regla de que el calor era malo. Tenemos que evitarlo. En otra ocasión comí demasiado y pensé: "oh, esta es una sensación realmente similar a ese golpe de calor". Y esto es malo. Comer esta cantidad de comida es malo. Y llegué al punto donde ya tenía tantas reglas que tardaba cerca de 45 minutos en comerme un plato de comida. Seguí luchando y sobreviví durante un par de meses.

S1 01:53

Creo que simplemente llegué al punto en que estaba a punto de rendirme. Y recuerdo cuando mi terapeuta mencionó brevemente a Rogers en una conversación. Me lo planteé y dije: "¿qué tal será este lugar?" Y dije: "bueno, ¿era en Oconomowoc, Wisconsin?" No sabía nada sobre Wisconsin. Y pasaba por el aeropuerto y tuve que usar una silla de ruedas porque no podía mantenerme de pie. No tenía energía para mantenerme de pie. Solo recuerdo que me sentía muy avergonzado y decía: "no creo que tenga que usar una silla de ruedas. Esto es vergonzoso". Y no fue hasta hace un par de meses que mis padres me enseñaron unas fotos en el aeropuerto. Parecía un fantasma. Llegué pensando que en Rogers me pondrían una camisa de fuerza y me iban a sedar constantemente, pensé que llegaría a odiar a todos en ese recinto porque me odiaba a mi mismo en algún punto también. Para mi sorpresa, eran personas de mi edad y que también eran personas normales. Y creo que eso es lo que mucha gente no comprende, que las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, incluso a las personas que menos lo esperas. Era el único chico con un trastorno alimenticio y en tratamiento de hospitalización, me sentía un poco fuera de lugar.

S1 03:15

Y definitivamente me sentí muy cohibido por eso. Creo que, al ser un chico con trastornos alimenticios, en realidad no hay ninguna diferencia. Todavía existe un estigma de que se supone que tienes que aparentar ser otra cosa. No puedes dejarte llevar por las apariencias. Todos tenemos una historia. Creo que para volverse más fuertes y saber como alcanzar el éxito, es necesario fracasar. Y eso es lo que tuve que hacer en Rogers. Muchas veces metí la pata. Y la recuperación nunca es lineal. Puedes ver muchos videos como este y la gente podría decir: "puede que lo hagan parecer fácil una vez que llegas al otro lado". Pero también tengo mis días malos. Y hay días que digo: "¿estoy retrocediendo?" Y tienes que recordar, como si de un gráfico se tratara, que ya has subido hasta aquí y que ese pequeño bache es simplemente un pequeño bache cuando ya lo estás haciendo muy bien. Mi madre siempre me llamaba y decía: "¿te sientes tú nuevamente?" ¿Te sientes tú?" Le decía: "no, no me siento yo. La verdad es que me siento un poco mejor. Ni siquiera sé quién es esta nueva persona". Todavía visito a un terapeuta y las herramientas que practicaba en Rogers las sigo practicando, todo es un trabajo constante. Sigo aprendiendo y dándome cuenta de qué funciona y qué no. Hoy estoy aquí.