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Las adolescentes que tengan dificultad para regular sus emociones, que experimenten depresión severa, que puedan estar en riesgo de autolesionarse o que hayan intentado suicidarse, el Centro Nashotah de atención residencial para adolescentes femeninas con TDC de Rogers puede ser el lugar indicado. Más información.
Entre agosto de 2015 y febrero de 2020, 201 adolescentes que estuvieron en nuestra atención residencial se sometieron a mediciones en el ingreso y el alta. La edad promedio fue de 16 años (SD=1.05).
Las Estrategias de la Escala de Dificultades en la Regulación Emocional (DERS) es una escala válida y de gran uso que mide déficits de regulación emocional. La escala está compuesta de seis escalas secundarias: claridad, no aceptación, conciencia, metas, impulsividad, estrategias. Un aspecto de la evaluación mide la convicción del paciente de que las estrategias y habilidades que aprende en el tratamiento lo ayudarán a afrontar comportamientos perjudiciales. Las calificaciones más bajas indican más confianza en las habilidades adquiridas en el tratamiento. El gráfico refleja el cambio en la evaluación de la estrategia de la DERS desde el ingreso hasta el alta.
Al momento del ingreso a la atención residencial, los individuos mostraban menor confianza de que el tratamiento los ayudaría a lidiar con comportamientos dañinos, de acuerdo con la medición de estrategias DERS (m= 28.6, SD=6.6); al momento del alta, los individuos mostraban más confianza en estas habilidades adquiridas en el tratamiento (m= 89.7, SD=14.8). A través de pruebas t de muestras emparejadas, descubrimos que estas diferencias son estadísticamente significativas con p<0.001.
El Cuestionario Pediátrico de Goce y Satisfacción de la Calidad de Vida mide el goce y la satisfacción general que los individuos experimentan en varios ámbitos de la vida como las relaciones familiares, el trabajo, las aficiones, etc. La disfunción emocional suele reducir la calidad general de vida de una persona. Nuestra meta es mejorar la calidad de vida de quienes tratamos. Una calificación superior al momento del alta indica una mayor calidad de vida.
Además, los pacientes tienen mejoras estadísticas en la calidad de vida de acuerdo con la medición de PQ-LES-Q-SF. Los pacientes ingresaron con una calidad de vida entre mala y regular (m=46.6, SD=14.2) y salieron con una calidad de vida entre regular y buena (m=68.9, SD=15.2). Esto es estadísticamente significativo con p<0.001.
Si bien no hay un estándar de la industria para interpretar los resultados de las calificaciones, Rogers utiliza las categorías siguientes para evaluar la calidad de vida reportada por nuestros pacientes:
Referencias:
Gratz, K. L., & Roemer, L. (2004). Multidimensional assessment of emotion regulation and dysregulation: Development, factor structure, and initial validation of the difficulties in emotion regulation scale. Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, 26(1), 41-54
Endicott J, Nee J, Yang R, et al. Pediatric Quality of Life Enjoyment and Satisfaction Questionnaire (PQ-LES-Q): reliability and validity. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry2006;45:401–7.
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Atención residencial para adolescentes femeninas de hasta 18 años.
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Rogers Behavioral Health has more than 20 years of commitment and investment in outcomes studies, with nearly 10,000 of our patients participating. Patients who agree to participate are asked at admission and discharge to complete a series of questionnaires; follow-up calls on progress are made periodically after discharge.
Study findings are used by our treatment teams to examine the effectiveness of our clinical program and to make improvements. The findings are also presented at national and international conferences and published in peer-reviewed medical literature.
Overall, our outcome data consistently have shown that our residential and partial hospitalization treatment centers offer effective treatment, and newer studies under way are demonstrating similar consistency in outcomes for our partial hospital level of outpatient care. In selected programs where we have reached out one year after they leave the program, past patients report that they’ve been able to maintain the gains they made during treatment. With the implementation of our Cerner electronic health record, we are gaining additional understanding of our clinical effectiveness across service lines, levels of care and throughout our system, including our regional network of outpatient centers. With this knowledge, we are gaining insights that contribute to real-time adjustments in care and help us confirm the impact of evidence-based care upon outcomes.